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Leyendas por el camino mozarabe

Bien podríamos decir que el Camino Mozárabe es un “camino mágico”.

Desde las piedras sagradas y divinidades prehistóricas, hasta los mitos y leyendas orales del pasado siglo XX, pasando por los trabajos de Hércules o y la leyenda de la Reina Lupa o el martirio de los Santos Aquila y Priscila, conocidos aquí como Los Santitos.

 

El Pico Scro y la Reina Lupa

Ates de llegar a la meta de tu peregrinación en Santiago de Compostela tendrás la oportunidad de recorrer uno de los lugares más mágicos y sagrados de todos los Caminos de Santiago, el Pico Sacro, en el municipio de Boqueixon, dominando el valle del Río Ulla. Según el Códice Calixtino, los discípulos del Apóstol Santiago que trasladaron su cuerpo hasta la actual Padrón, fueron mandados por la mítica Reina Lupa al Pico Sacro, donde les prometió que le facilitaría un carro y unos bueyes.

Pero en realidad les esperaba un dragón, al que los discípulos le hicieron la señal de la cruz y provocaron su muerte y los bueyes de aquel lugar se amansaron. Esto provocó la conversión de la Reina Lupa al cristianismo y facilitó el traslado del Apóstol Santiago hasta el “Campo de las Estrellas, actual Santiago de Compostela.

Aquí, en Magacela, las piedras y las estrellas también tienen carácter sagrado y mítico.

Cada laguna tiene su leyenda :

La SIrène de la Serena

La contamos aqui, tal como la contó una amiga vecina, Pilar Mendoza, con una piedra quemada por un rayo.

Las luces de la Laguna de la Ermita :

Desde los grabados del Dolmen hasta las misteriosas luces que se dice aparecen en las proximidades de la Laguna y ermita de Los Santitos, los mártires romanos Aquila y Priscila. El Prior de Magacela, Fray Diego Becerra de Valcárcel, en el año 1684 describe unos curiosos relatos de los lugareños que afirman que, desde tiempos inmemoriales, una extraña luz se adueña de esta zona cuando el sol se esconde, llegando incluso a afirmar que el martirio en el año 95 d. de C de Aquila y Priscila tuvieron lugar en Magacela.

 

 

On pourrait bien dire que le Camino Mozarabe est une "voie magique". Des pierres sacrées et des divinités préhistoriques aux mythes et légendes oraux du XXe siècle, en passant par les travaux d'Hercule ou la légende de la reine Lupa ou le martyre des saints Aquila et Priscille, connus ici sous le nom de Los Santitos.

Avant d'atteindre le but de votre pèlerinage à Saint-Jacques-de-Compostelle, vous aurez l'occasion de visiter l'un des lieux les plus magiques et sacrés de tous les Caminos de Santiago, le Pico Sacro, dans la commune de Boqueixon, dominant la vallée de la rivière Ulla. Selon le Codex Calixtino, les disciples de l'apôtre Santiago qui ont déplacé son corps vers l'actuel Padrón, ont été envoyés par la mythique reine Lupa au Pic sacré, où elle leur a promis qu'elle lui fournirait une charrette et des bœufs. Mais en réalité un dragon les attendait, à qui les disciples firent le signe de la croix et causèrent sa mort et les bœufs de ce lieu furent apprivoisés. Cela provoqua la conversion de la reine Lupa au christianisme et facilita le transfert de l'apôtre Saint-Jacques au "Champ d'étoiles, actuel Saint-Jacques-de-Compostelle.

Ici, à Magacela, les pierres et les étoiles ont aussi un caractère sacré et mythique. Des gravures du Dolmen aux lumières mystérieuses qui apparaîtraient dans les environs de la Laguna et de l'ermitage de Los Santitos, les martyrs romains Aquila et Priscila. Le Prieur de Magacela, Fray Diego Becerra de Valcárcel, dans l'année 1684 décrit quelques histoires curieuses des habitants qui affirment que, depuis des temps immémoriaux, une lumière étrange envahit cette région lorsque le soleil se couche, allant même jusqu'à affirmer que le martyre en l'an 95 d. de C d'Aquila et Priscilla ont eu lieu à Magacela.

 

Texto para la WIKI

 

Leyendas en Magacela

 

La luz de Magacela y la laguna de Los Santitos

 

Magacela es un precioso pueblo extremeño que tiene de todo: pinturas rupestres en sus abrigos rocosos, castillo legendario con cementerio incluido, sepulcro prehistórico con figuras grabadas, estela de guerrero cornudo... y extrañas luces que llevan siglos (y quizás milenios) sobrevolando una zona muy concreta al pie de la montaña.

 

Todo empezó hace miles de años, cuando nuestros antepasados prehistóricos dibujaron en el abrigo de la Peña del Águila a un extraño personaje con cuernos al que se ha identificado con un brujo o chamán, unas líneas de agua y un sol con estela. Danzas, enterramientos, estelas, astros, ídolos y brujos que, aún hoy, nos gritan en silencio sus motivos, aunque no consigamos entenderlos. Ya en el llano, en el lugar donde aparece la extraña luz, construyeron un sepulcro megalítico, un dolmen de corredor en el que también dejaron constancia de soles, serpientes y extrañas líneas parecidas a cometas que surcan algunas de sus piedras.

 

Estos soles y líneas onduladas, ocultos durante milenios bajo una colina artificial, adquieren una extraña claridad cuando descubrimos, muchos siglos después, la apasionante historia de Fray Diego Becerra de Valcárcel, Prior de Magacela en el año 1684. Este decide escribir en un libro los curiosos relatos de los lugareños que afirman que, desde tiempos inmemoriales, una extraña luz se adueña de esta zona cuando el sol se esconde.

 

“En una laguna que esta en la falda de la Sierra de Magazela se ve una luz muy resplandeciente, que es del tamaño de la que dá una hacha de quatro pavilos, y suele hazer unos circulos en aquel lago, y se consume, 0 desaparece en un sitio contiguo, que llaman del Texar, y otras vezes sale de la laguna, y pasa el camino á baxo de la Hermita de nuestra Señora de los Remedios, hasta una piedra larga, y angosta, que está con él con unos caracteres antiguos, y buelve al texar, donde se consume.”

 

 Tras tomar declaración ante notario a diez testigos, que juran haber visto la extraña luminaria, el prior decide, en un arrebato tan piadoso como incomprensible, que estas extrañas luces son las señales que indican que allí se encuentran los restos de San Aquila y de su esposa Santa Priscila, santos romanos que, según afirma el prior sin ninguna base histórica, sufrieron martirio en Magacela en el año 95.

Envuelto en un fervor casi místico, el prior llama a lo más granado de la sociedad de la época para que sean testigos del prodigio. Caballeros de la orden de Alcántara, notarios de la Santa Inquisición, vicarios del priorato, alcaides de la zona, abates, licenciados y hasta fiscales generales del priorato... Todos se reúnen para contemplar la aparición de las supuestas reliquias que deberían estar bajo la extraña lápida grabada con misteriosos caracteres. La expectación es máxima cuando los obreros elevan la losa y se encuentran debajo unas piedras en forma de acueducto, pero cuando deciden seguir cavando, los dioses se encabritan, porque después de cincuenta días soleados se desencadena una gran tormenta acompañada de lluvia.

 

“Aquel dia despidieron las nubes tanta agua y se ha continuado despues en abundancia tal, que no se pudo trabajar mas, por averse llenado de agua el sitio que se abrio, donde estava la losa.”

 

Pero no hay mal que por bien no venga, porque la lluvia obliga a tan ilustres personajes a pernoctar en Magacela, y esa misma noche son testigos de la misteriosa luz que, saliendo de la laguna, sobrevuela la colina del dolmen. El prior considera que estas fuertes lluvias repentinas son una señal del cielo para que no se continúe con las excavaciones y aunque nunca consigue encontrar los restos, da nombre a la laguna (que desde entonces se llama laguna de Los Santos) y nombra a San Aquila y a Santa Priscila patronos del pueblo. Además, ordena levantar una ermita cerca de la laguna (de la que hoy sólo se conserva la estructura) para que se celebren cultos en su honor, declarando festivo el ocho de julio. Una fecha conocida hoy como «la fiesta de Los Santitos».

 

Y así vemos como, una vez más, un lugar sacralizado por nuestros antepasados más remotos termina siendo santificado por la iglesia, y laguna, ermita y dolmen terminan dibujando un triángulo mágico en el que unas curiosas luminarias campan a sus anchas desde hace siglos. Y es que las luces se siguen apareciendo, y es tan lento su paseo aéreo que hasta se deja fotografiar. La luz de Magacela sigue viva.

 

Localización

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